“La cebolla tiene que estar finamente picada. Les sugiero ponerse un pequeño trozo de cebolla en la mollera con el fin de evitar el molesto lagrimeo que se produce cuando uno la está cortando. Lo malo de llorar cuando uno pica cebolla no es el simple hecho de llorar, sino que a veces uno empieza, como quien dice, se pica, y ya no puede parar…”

Tita, era la menor de las tres hijas de Mamá Elena, que al quedar ésta viuda tuvo que hacerse cargo del rancho y sacarlas adelante. La historia transcurre en México,
en plena revolución, donde las tradiciones y costumbres familiares
quedaban grabadas para siempre en cuerpo y alma de quienes las padecían.
Un día, reciben la visita de Pedro, pretendiente de Tita desde la niñez, para pedir su mano a Mamá Elena, pero ésta le ofrece a su hija mayor, Rosaura, ya que Tita, por ser la menor, estaba predestinada a cuidar de su madre hasta su muerte, lo que la imposibilitaba para casarse. Ante la sorpresa de todos, Pedro acepta la oferta de casarse con Rosaura, pero su oculta intención, era estar cerca de Tita, ya que vivirían en la misma casa.
Un día, reciben la visita de Pedro, pretendiente de Tita desde la niñez, para pedir su mano a Mamá Elena, pero ésta le ofrece a su hija mayor, Rosaura, ya que Tita, por ser la menor, estaba predestinada a cuidar de su madre hasta su muerte, lo que la imposibilitaba para casarse. Ante la sorpresa de todos, Pedro acepta la oferta de casarse con Rosaura, pero su oculta intención, era estar cerca de Tita, ya que vivirían en la misma casa.
Tita, ante el dolor de ver a su
gran amor casado con su propia hermana, se refugia entre los fogones, donde
había crecido cuidada por Nacha, la cocinera, que era como su propia madre. De
cada plato cocinado por Tita, emanaban sus más íntimos sufrimientos; pasión, tristeza, melancolía, amor. Cuando los comensales degustaban los deliciosos platos, elaborados por tan apasionada cocinera, se producía un ir y venir de sentimientos y pasiones, aireando hasta sus más recónditos recuerdos. Una de los momentos cumbres de esta historia, que más me gustan y que reflejan fielmente lo que os cuento, es cuando, Tita cocina; "Codornices en pétalos de rosa".
“Cuando se sentaron a la mesa había un ambiente ligeramente tenso, pero no pasó a mayores hasta que se sirvieron las codornices. Pedro, no contento con haber provocado los celos de su esposa, sin poderse contener, al saborear el primer bocado del platillo, exclamó, cerrando los ojos con verdadera lujuria.
-¡Este es un placer de los dioses!
Mamá Elena, aunque reconocía que se trataba de un guiso verdaderamente exquisito, molesta por el comentario dijo:
-Tiene demasiada sal.
Rosaura, pretextando náuseas y mareos, no pudo comer más que tres bocados. En cambio a Gertrudis algo raro le pasó.
Parecía que el alimento que estaba ingiriendo producía en ella un efecto afrodisíaco, pues empezó a sentir que un intenso calor le invadía las piernas...
[...] Parecía que habían descubierto un código nuevo de comunicación en el que Tita era la emisora, Pedro el receptor y Gertrudis la afortunada en quien se sintetizaba esta singular relación sexual, a través de la comida...”

De esta forma, Pedro y Tita, aprendieron a sentir su amor y su pasión sin llegar a poder rozarse siquiera, ante la vigilancia exhaustiva de Mamá Elena, la cual, no perdía oportunidad, para recriminar a Tita cualquiera de sus actos.
Receta a receta, plato a plato
tenemos la sensación de estar ante un pudding de sentimientos del que nadie en
la historia se queda a salvo. Todos ellos se nos ofrecen en bandeja de plata
junto con secretos e historias nunca contadas y que solo las más viejas del
rancho conocían.
Esta deliciosa historia formada
por varios capítulos, cada uno de los cuales empieza por una receta, fue
llevada también a la gran pantalla y he de decir que la película me gustó tanto
como el libro; pocas veces he podido afirmar esto. Os dejo los sugerentes
platos de Tita y os recomiendo disfrutar con este libro y si os apetece con la película.
Tortas de Navidad
Pastel Chabela (de Boda)
Codornices en Pétalos de Rosa
Mole de Guajolote con Almendra y Ajonjolí
Chorizo Norteño
Masa para hacer fósforos
Caldo de colita de res
Champandongo
Chocolate y Rosca de Reyes
Torrejas de Natas
Frijoles gordos con chiles a la Tezcuana
Chiles en Nogada
Espero que se os haya abierto el apetito con estas recetas tan sugerentes y, si aún así queréis más, podemos tomar el postre en el blog de Inés, mi madrina.