Supongo que todo el mundo conoce este libro de Anthony Burgess y la película homónima de Stanley Kubrick. Poco se puede decir ya que no se haya dicho de esta historia.
Su protagonista es un adolescente que se podría decir tiene dos vicios; la música clásica y la violencia, llevada al extremo más degradante e inhumano. Pero el tema principal de esta novela es el tratamiento al que es sometido para supuestamente cambiar su moralidad.
De primeras, el título procede de una expresión que el autor escuchó en Londres en la que venía a decir, algo así como que algo es tan raro como una naranja mecánica o como, él entendió, la maldad puede ser tan extrema como para hacer que una fruta se vuelva autómata.
![]() |
Escena de la película |
Por otra parte, mediante el experimento al que someten a Alex, nuestro protagonista adolescente, se intenta demostrar que se puede cambiar la actitud que tiene tan violenta. Esto tiene dos caras, una en la que el protagonista llega a aborrecer la violencia y es incapaz de volver a hacer daño, pero en realidad, su voluntad queda completamente anulada, ya que, su cuerpo rechaza cualquier tipo de violencia, pero no es él quien de verdad elige rechazarla. Y otra en la oposición a esa anulación de la voluntad, como decía el propio autor; "Mejor ser malvado por decisión propia que bueno por lavado de cerebro".
Su lectura, sobre todo al principio, no es demasiado amena por el vocabulario nadsat, que su autor inventó. Hay un glosario al final, pero tienes que estar consultándolo casi en cada frase y así es imposible avanzar en la lectura. He leído en algún sitio que con ello el autor consiguió crear una especie de cortina para amortiguar tanta violencia. Cuando llegamos a la parte del experimento, se hace más amena y casi se lee del tirón.
En definitiva una historia de ciencia-ficción que ni mucho menos me ha dejado indiferente y, desde luego, me ha dado que pensar.